Qué tal el reto de los 10 días? Logró sacar 85 cosas que no ocupaba en su vida? Supongo que en este momento su caja de objetos innecesarios debe estar llenándose. Y espero que incluso haya ido más allá de las 85 cosas, y siga sacando y sacando y sacando objetos que no ocupa en su vida!
Pero, qué hay que hacer con todo eso?
De seguro ya se habrá dado cuenta que lo que tiene en la caja, no le hace falta. No le ha hecho falta todas estas semanas, probablemente no le haga falta en un futuro. Así que es hora de quitar ese amarre de seguridad que es la caja, y dar el salto.
Todas esas 85 cosas, fuera de nuestra vida. Llegó la hora de que sigan su camino. El paso 5 hacia el minimalismo consiste en aprender que las cosas que salen de nuestra vida, pueden tener un lugar valioso en otras partes. Y además tenemos que aprender que no es tan fácil como decir «a la basura», y mágicamente desapareció todo.
Generar más basura, no es la solución
La primera vez que hice el reto de los 10 días, hace bastante tiempo, terminé con una caja llena de objetos perfectamente buenos. Un montón de camisas que había usado una o dos veces, varios pares de zapatos que estaban casi recién salidos de la tienda. Y un montón de dispositivos electrónicos totalmente buenos (recuerdo claramente varios lectores de discos DVD e impresoras totalmente funcionales).
Los hardcore dirán, «todo a la basura». Que se lo lleve el basurero, y vean a ver qué hacen con todo eso. Mala idea.
Los centros de procesamiento de basura están llenos de ese tipo de cosas que ustedes están botando. Toneladas de ropa, miles de dispositivos electrónicos, electrodomésticos dañados, muebles que nadie quiere. Y en su mayoría son centros municipales pequeños, que no tienen dinero para enviar todo lo que tiramos a centros de tratamiento especializados.
Y qué ocurre? Incinerador, o el relleno sanitario. Con todas las consecuencias para el ambiente que puedan imaginarse. Los rellenos sanitarios no funcionan de gratis: cada cosa que enterramos, es algo que nos va a volver a aparecer en partículas microscópicas más adelante. Ya sea en nuestros alimentos, en nuestra agua, o bajo nuestros hogares. Y si, eso incluye todos los metales tóxicos de los electrónicos, los químicos e hidrocarburos de la ropa, y todas esas sustancias que tan desesperadamente queremos evitar.
La primera lección que tenemos que aprender hoy: consumir, no es gratis. Pagamos por lo que consumimos, y más adelante pagaremos por desecharlo. Ya sea que paguemos una tarifa a un centro especializado que procese nuestros desechos, o que paguemos con los problemas que más adelante nos aparezcan a raíz de esos desechos. Por eso, todo lo que vayamos a consumir, merece una evaluación muy cuidadosa.
Realmente lo necesita? Realmente aporta valor a su vida? O es una compra que una semana después va a perder su sentido?
Y la segunda lección que tenemos que aprender: regalar, reciclar, rechazar. Si, ya sé que falta «reutilizar», pero reutilizar no es algo que necesariamente querramos hacer si estamos tratando de sacar algo de nuestra vida. Porque puede que terminemos con las mismas 20 botellas de refrescos convertidas en macetas, y con el estrés de estar pensando en lo horrible que se ve eso en nuestro jardín. Triste, pero cierto: convertir basura en objetos cotidianos es interesante, pero en muchos casos no aporta valor a nuestra vida.
Por esta vez, les diré que lo mejor es regalar y reciclar. Y en un futuro, deben rechazar todo lo que no cumpla un propósito duradero en sus vida. Aprendan de este montón de cosas que ahora les están generando un problema, y no vuelvan a caer en la trampa de consumir, simplemente por consumir. Asegúrense que todo lo que compren de ahora en adelante, sea porque verdaderamente lo necesitan, y porque verdaderamente le van a sacar provecho.
Lo que nos sobra, que alguien más lo aproveche
Trate de encontrarle un hogar a todo eso que tiene en la caja. Busque donar la ropa a gente que verdaderamente la necesite. Preferiblemente gente a quien conozca. Los centros de donación, iglesias y demás gente que recibe ropa están bien, pero es tanto lo que reciben que no todo lo aprovechan. Y mucho de lo que reciben termina en la basura o en incineradores. Por eso es importante buscar que su ropa termine en manos de alguien que realmente la aproveche.
Dispositivos electrónicos en buen estado? Póngalos en su sitio de ventas favorito, con precio cero. Yo lo hago a cada rato: disponible, esta cosa, nada más llegue y llévesela. Y así uno encuentra muchas personas que aprovechan lo que ya no le sirve a uno.
Si quiere, también puede poner las cosas en venta. Pero sepa que generalmente, las cosas no valen lo que pensamos que valen. Esa estatuilla metálica, hecha a mano y traída desde Jordania? Para usted puede valer un montón de dinero… pero para el resto de la gente, no. Acéptelo, y no permita que vender las cosas, se convierta en una excusa para no deshacerse de ellas.
También en Facebook puede encontrar muchos grupos maker en su comunidad, que es gente que toma dispositivos y los reutiliza para otros fines. Pruebe ofrecer ahí las cosas que tenga de sobra. Una que otra cosa le puede servir a alguien: cosas que tienen motores, pantallas LCD o táctiles, son muy buscadas a veces entre los maker.
Y sobre todo, recuerde: de ahora en adelante, no traiga más cosas a su vida, que no cumplan un propósito duradero.
Preocupado porque algo le puede hacer falta?
Si está preocupado porque algo le puede hacer falta más adelante, no caiga en esa trampa. No conserve los objetos «por si acaso», así es precisamente como llegó a este punto de tener más de lo que realmente ocupa. Y al final, todo eso que tenía «por si acaso», nunca le hizo falta.
En caso de dudas, use la regla 20/20. Si reponer algo le toma menos de 20 minutos, y le cuesta menos de $20, deshágase de eso. Deje que llegue la necesidad y en ese momento, repóngalo. No vale la pena quedarse con algo tan fácil de encontrar y tan barato, simplemente por si algún día llega a faltar.