El supermercado es uno de los puntos más fuertes de consumo en todos los hogares. No importa si hablamos de hogares unipersonales u hogares familiares. Nadie puede evitar ir al supermercado, y nadie puede evitar desembolsar sumas de dinero considerables en estos sitios. Y el supermercado, es el sitio ideal para aplicar la filosofía minimalista y sacar el máximo valor de nuestras compras.
Los supermercados tienen tantas cosas y tantas variedades de productos, que muchas veces no sabemos qué comprar, y terminamos comprando más de la cuenta o cosas que no necesitamos.
El otro día, vi una frase muy cierta en internet: la gaveta de las verduras es donde van a morir los proyectos saludables. Demasiado cierto: en el supermercado compramos un montón de verduras y productos frescos, que al final mueren guardados en el refrigerador. Dos semanas después los sacamos, inutilizables, y van a dar a la basura.
Y eso es realmente una lástima. Les recomiendo ver un documental llamado Just Eat It, que trata del desperdicio de alimentos. Es sorprendente la cantidad de alimentos perfectamente buenos que estamos desperdiciando día con día. Cerca del 40% de la comida producida en Estados Unidos todos los años, se desperdicia. Y desperdicio trae consecuencias muy importantes para el ambiente: son toneladas de CO2, pesticidas, y basura que generamos, y a las cuales no les sacamos ningún beneficio en absoluto.
Por este motivo, tenemos que ser muy cuidadosos al ir al supermercado, y saber aplicar nuestra filosofía minimalista ahí también. Debemos comprar con intención. La idea es salir del supermercado con las cosas que realmente necesitamos, no con las que se nos antojaron o se nos ocurrió que eventualmente podrían servirnos. Porque “eventualmente” por lo general es el preámbulo a una sentencia de muerte en el fondo del refrigerador.
Algunas sugerencias del minimalismo en el supermercado
- Vaya más frecuentemente, y lleve menos cosas. Un error que comete la gente es ir al supermercado para no volver en semanas o meses. El resultado? Se llevan a la casa cantidades monstruosas de alimentos, y muchos terminan desperdiciados. Es mejor ir más frecuentemente y llevar menores cantidades, más ajustadas a nuestra necesidad.
- Planifique sus comidas de la semana, antes de ir. Haga una lista con las cosas que realmente necesita. Eso le evitará estar llevando alimentos que realmente no ocupa, y disminuirá la probabilidad de que terminen desperdiciados.
- No compre “por si acaso”, ni se deje llevar por ofertas o promociones que vea. Recuerde que si compra un promoción puede ahorrar un 25%, pero si no la compra, ahorra el 100%.
- Tenga cuidado con los cupones que encuentra en el periódico o en internet. Por la misma razón. Muchas veces los cupones nos generan gasto en cosas que realmente no necesitamos. Llevar 4 litro de leche y pagar solo 3? Prefiero llevar 1 y pagar 1, porque los otros dos probablemente se desperdicien.
- No vaya al supermercado con hambre. Investigaciones en laboratorios de varias universidades lo han comprobado: la gente que compra con hambre, compra muchas más cosas que no ocupa, y compra más comida de poco valor nutricional. Evite ir al supermercado en las noches (4 a 7 pm), o por lo menos coma algo antes de salir de la oficina hacia el supermercado.
- No compre en gran volumen. Comprar mayor volumen estimula el desperdicio, porque uno se cansa de ver que algo simplemente no se acaba y empieza a dispensarlo a lo loco. Compre en volumen si por el tamaño de su familia, le resulta buena opción. Pero no compre por volumen, simplemente porque “todo el mundo lo está haciendo”.
Se calcula que la gente en Estados Unidos deja a los supermercados entre $250.000 y $1 millón por semana, por tienda. Y esa cantidad tan alta de dinero en muchos casos es por compras que en realidad no agregan valor. Optimice sus compras de supermercado, y busque siempre el máximo provecho de su dinero.