Después de muchas semanas finalmente llegan las vacaciones, esa época del año donde tenemos mucho más tiempo para aplicarlo a las cosas importantes para nosotros.
Muchas personas aprovechan las vacaciones para pasear, y eligen los destinos más lejanos y más complejos que se les ocurren.
Alguna vez han pensado, cuál es la mejor forma de disfrutar las vacaciones? De elegir un destino vacacional, de organizar nuestro viaje? Qué cosas debemos llevar, qué cosas no debemos llevar? Por dónde pasamos, cómo distribuimos el tiempo entre destinos?
En este post vengo a proponer que en realidad, nada de eso es importante. Porque lo importante de las vacaciones no es a dónde vamos, sino con quien compartimos.
Traten de recordar las mejores vacaciones en sus vidas. Fueron lo mejor por el lugar a donde fueron, o por la gente a la que conocieron y las experiencias que pasaron juntos? Involucraron visitas a monumentos y museos y cosas por el estilo… o más bien involucraron pasar ratos y experiencias inolvidables en compañía de otras personas?
Si desapareciéramos a la gente de todos los destinos, puede que no resulten tan interesantes como pensamos, cierto?
Hay demasiada gente que se olvida de ese detalle singular, que agrega muchísimo valor a nuestras vacaciones: la gente con las que se pasan. Se preocupan por elegir un destino complicadísimo, con unos horarios peores que los de su trabajo, y hacen su viaje empeñados en ver lo más posible en el menor tiempo posible.
En cambio hay gente que no tiene planes concretos para su viaje. Un día están en una ciudad, al día siguiente deciden que quieren ir a otra. Pero conocen gente de camino, exploran los pequeños detalles y se salen de las trampas de turistas. Y cuando vuelven tienen muchísimo que contar, y reviven continuamente la experiencia de su viaje en sus relatos.
Hay que admitirlo: es mucho más interesante escuchar los enredos en los que se metió alguien, y la gente extraña con la que se topó de camino, que ver un montón de fotografías de monumentos y catedrales.
La próxima vez que tenga que planear sus vacaciones, piense en eso. Lo importante es ir, conocer gente y experimentar las diferentes culturas y lugares, no ir a ver monumentos y objetos. Esos puede verlos en fotos en Internet.
La verdadera experiencia de las vacaciones la hace gente, no el lugar. Y no importa si estamos en la casa o al otro lado del mundo. Si tenemos a nuestro alrededor gente con la cual la pasamos bien, un viaje alrededor del mundo o una tarde viendo televisión, van a ser los mejores momentos de nuestra vida.