Cuántas tarjetas de crédito son suficientes en nuestra vida? En el mundo hay cientos de miles de tarjetas de crédito diferentes, y cada día se están creando más. Si hiciéramos el experimento de recorrer por una semana bancos y centros comerciales buscando tarjetas, probablemente al final de la semana tendríamos unas 10 o 20 tarjetas de crédito a nuestro nombre… la mayoría «pre-aprobadas», obtenidas con mínimo esfuerzo.
Y ni decir si nos ponemos a buscar líneas de crédito bancarias para consumo personal. Ahí podemos fácilmente agregar otros cientos de miles de dólares a nuestro nombre.
Suficiente dinero en potencia para durarnos una vida entera, y suficiente dinero en potencia para no poder pagar en tres vidas enteras.
El minimalismo y las tarjetas de crédito
El hecho de que tengamos a disposición docenas de tarjetas de crédito no nos hace más ricos. Ni nos abre más posibilidades. Tener dinero mediante tarjetas de crédito, es como ser millonario con billetes de Monopoly.
No voy a entrar en mucho detalle acerca de por qué las tarjetas de crédito son malas. Incluso aquellas que tenemos «solo para una emergencia» son malas. Todas esas tarjetas representan deuda, y no hay deuda buena.
Puede haber deuda mejor: una deuda adquirida para invertir en una casa es mejor que una deuda adquirida para comprarnos un celular, ciertamente. Pero siguen siendo deudas, y si no las sabemos manejar muy bien, siguen teniendo el potencial para hundirnos y literalmente, hipotecar nuestro futuro.
Las tarjetas de crédito son una complicación que no agrega mucho valor a nuestra vida. Sí pueden agregar valor, y lo sé porque yo tengo una. No crean que soy «crédito-abstemio». Es muy conveniente poder ir por el mundo sin cargar dinero en efectivo, sin estarse preocupando por tener billetes suficientes para la gasolinera y el supermercado, y poder solventar una compra en cuestión de segundos. Y tener 30 días para acomodarse y pagar esas compras, sin que nos genere consecuencia alguna, es también una gran ventaja.
Pero al mismo tiempo, esa conveniencia puede ser nefasta si no la mantenemos bajo control. Porque precisamente, el poder solventar compras en cuestión de segundos nos hace propensos a adquirir un montón de cosas que en realidad no ocupamos. Y es ahí donde comienza el ciclo de malos manejos y deudas interminables de las tarjetas de crédito.
Entonces, cuántas tarjetas de crédito son suficientes?
Una. Si acaso.
El ideal es no tener tarjetas de crédito: no tener esa tentación y ese potencial de caer en deudas. Pero como muchas cosas en el minimalismo, el ideal no es siempre posible y muchas veces no es práctico.
Así que mi recomendación es, si verdaderamente ocupan una tarjeta de crédito, si verdaderamente les agrega valor en sus vidas, y si verdaderamente pueden mantenerla bajo control con cero deuda acumulada… una tarjeta es más que suficiente.
Y no puedo hacer suficiente énfasis en cero deuda. Hay que huir de la deuda de tarjetas de crédito como si fuera la plaga: es verdaderamente de las peores deudas que pueden tener en sus vidas. Y no solo lo digo yo… se los puede decir cualquier analista financiero o profesor de finanzas en cualquier parte del mundo. Las tarjetas de crédito son el peor lugar en el cual tener dinero comprometido.
Y qué hay de las tarjetas de crédito «para emergencias»?
«Por si acaso» son las tres palabras más peligrosas de nuestro idioma. Esas palabras han pasado a ser la justificación universal para todo. Lo tengo que tener «por si acaso». Y así acumulamos objetos, acumulamos alimentos, y acumulamos deudas.
Y lo peor es que generalmente eso que acumulamos termina desperdiciándose porque «por si acaso», nunca llega.
No se dejen llevar por las historias de los vendedores de tarjetas de crédito. No se dejen engañar con «por si ocupa un gasto médico». No se dejen engañar con «por un momento de necesidad».
De hecho para gastos médicos, una tarjeta de crédito es una de las peores salidas que existen. Y en un «momento de necesidad», adquirir una deuda de tarjeta de crédito puede terminar de hundirlos.
Si quieren algo «para emergencias», compren un seguro. Es mucho más provechoso que estar pensando en que para ese día, van a usar una tarjeta de crédito para salir del problema.