Nuestra sociedad de consumo nos enseña, que para ser más felices, tenemos que tener más cosas. Una casa más grande, un automóvil más potente, ropa de temporada, los últimos gadgets y el celular más elaborado. Ese es el camino hacia la felicidad: gozar de los privilegios de comprar lo último y más novedoso. Pero, realmente lo es?
Personalmente, yo no tengo nada en contra del consumo. No soy uno de esos fanáticos que anda vociferando contra la industria y contra los mercados. Tampoco boicoteo marcas, ni exijo que los diseñadores del momento sean fusilados en el paredón. Por qué hacerlo? Sus creaciones hacen a muchas personas felices, y son el resultado de muchas horas de dedicación y gran cantidad de ingenio y creatividad.
Pero siempre me pregunto: es el consumo de lo material, el camino hacia la felicidad? «Tener cosas bonitas», como nos enseñaban cuando éramos niños, es verdaderamente la manera de ser feliz en esta vida? Y qué hay de todos los que no pueden «tener cosas bonitas»? Están condenados a no ser felices?
Es extraño, porque muchas veces los que tienen menos, no son infelices. Simplemente viven su vida con las cosas que les tocaron. Y ninguno está sufriendo continuamente, desesperadamente buscando unirse a nuestras masas consumidoras.
Alguna vez se han interesado por conocer gente que quizás no sea tan privilegiada? Y no estoy hablando de ir a la India a vivir entre los leprosos, estoy hablando de cosas mucho más reales: a su lado probablemente tengan gente que vive con menos de lo que ustedes tienen. Alguna vez los han observado, y han conocido su forma de ver las cosas?
Son igual de felices que nosotros! O incluso más felices!
Usted goza sus posesiones, o se estresa por ellas?
Piénselo por un instante: lo que tiene en este momento, le está trayendo felicidad, o lo está haciendo sufrir? Mire a su alrededor, y pregúntese cuánto de todo eso que ve, realmente le aporta felicidad todos los días?
Quiere una experiencia aún más reveladora? Abra un closet. Adelante, ábralo. Mire en su interior. Explore los rincones, abra las cajas, mire las cosas. Probablemente encuentre una inundación de todo tipo de cosas, cosas viejas y cosas nuevas (pero sobre todo viejas!). Muchas que ni siquiera recordaba tener.
Tener todo eso, lo está haciendo feliz? O simplemente es otra preocupación más cada vez que lo encuentra? Su reacción cuando abre el closet y lo ve lleno de cajas, ropa, objetos… es «ugh» o «qué desorden»? Cada vez que trae algo nuevo, se pregunta cómo va a hacer para que quepa entre todo eso que tiene? Por supuesto, sin que su preciada posesión nueva se dañe a causa de las demás que tiene guardadas!
Entiende cómo es que nuestras posesiones muchas veces nos traen infelicidad? Tarde o temprano, se convierten en un tumulto de cosas viejas, cosas viejas que tenemos que almacenar, que tenemos que cuidar… por las razones que sea! Hay mil razones diferentes para almacenar y cuidar cosas viejas, usted probablemente tenga muchas! Sufrimos para a donde guardarse, sufrimos para mantenerlas en ese lugar, sufrimos para encontrarlas cada vez que las ocupamos, y por supuesto, sufrimos cuando las sacamos y descubrimos que ya no funcionan.
Deuda
Si, deuda. Sintió ese nerviosismo y ese estrés cuando leyó el título? Cuántas de esas posesiones suyas se están traduciendo en deuda? Las cargó a su tarjeta de crédito, para pagarlas después? Están dentro de un préstamo, que pagará durante los próximos años? O talvez estén en un préstamo sobre un préstamo, para cubrir un préstamo!
Entre más tenemos, muchas veces más nos endeudamos. Y por supuesto quienes nos financian nunca nos dicen «hasta aquí». Ellos felizmente siguen sumando a la factura. Cuando nos damos cuenta, hemos ido más allá de nuestras posibilidades, y no tenemos ni idea de qué hacer para salir de esas deudas.
La proverbial piedra, que nos arrastra hasta el fondo. Usted la tiene?
Una solución que podría funcionar
El minimalismo es una solución a todas esas preocupaciones y temas molestos. Tener menos, es lograr más. Recuerde esa frase, porque cada vez se dará cuenta de lo cierta que es.
«Tener menos» no es regalar las posesiones y volverse un monje en claustro. No es tomar un voto de pobreza y renunciar a cualquier tipo de consumo. Es simplemente, ser equilibrado y tener lo que se ocupa para ser feliz.
Y en el equilibrio está el verdadero éxito. El equilibrio material, sentimental y financiero es lo que hace que la gente sea feliz. En el minimalismo se busca eliminar las cosas que distraen, para tener más tiempo y recursos para destinar a la búsqueda del equilibrio y la felicidad. Es quitar ruido, para escuchar la música. Es cortar hierba, para observar el jardín.
Dejar ir las cosas que no nos traen felicidad, es el comienzo de una gran aventura y de una nueva forma de ver la vida.