Otra vez estamos 14 de febrero, «día del amor y la amistad». Aunque en realidad cuando yo lo conocí en mi niñez, era simplemente el «día de los enamorados». Pero el comercio y el consumo son una fuerza tan potente como el agua, y poco a poco van erosionando y cambiando el panorama del planeta entero. Y lograron que el día «de los enamorados» pasara a ser el de «los enamorados» y «los amigos».
Por supuesto el objetivo del asunto es vender más, no tengan duda de eso. La fiesta del 14 de febrero es una de las más lucrativas de principio de año para los comerciantes. Dulces, flores, tarjetas, paquetes vacacionales, y hasta anillos de compromiso se ponen de moda en febrero. El año pasado solo en Estados Unidos, se calcula que el 14 de febrero movió 19 mil millones de dólares. El consumidor promedio gastó $142, de los cuales $100 fueron para su pareja, y el resto para amistades y familiares.
Las flores y dulces recaudaron cerca de $3.600 millones, pero quedaron de segundos comparados con la joyería, en la que los estadounidenses gastaron $4.800 millones.
Y si quieren sorprenderse más, de todo ese dinero, cerca de 700 millones de dólares se invirtió en regalos para mascotas.
Y a dónde queda la intención en todo esto?
Con tanto dinero que mueve el 14 de febrero a nivel mundial, uno se pregunta lo mismo que en otros festivos del año: seguirá habiendo intención en el festivo, aparte de comerciar? La gente estará comprando con un propósito verdadero, o simplemente estará cumpliendo el requisito de gastar su dinero en esta fecha? Creo que si encuestáramos la gente, encontraríamos que muchos están gastando dinero, solo porque sino «se enojan conmigo».
Alguna vez han notado que el 14 de febrero alguien pasa regalando dulces en el trabajo, y es el único día del año en que aparece? Los otros 364 días del año, vuelve a su vida y a su círculo de gente, y hasta el año entrante. Es un comportamiento cínico: el impuesto a la amistad, que pagan el 14 de febrero, con el fin de poder ignorar libremente a la gente durante un año.
Regalar con verdadera intención, es ejemplar. Regalar por cumplir el requisito, no tanto.
Pruebe esto el 14 de febrero
No seamos tan drásticos: hay muchísima gente que si está motivada por buenas intenciones en esta fecha… y no todos los detalles que reciban este 14 de febrero serán «compensaciones tácitas por futuro daño sentimental». Para mí, no tiene nada de malo usar el 14 de febrero como razón para hacer amistad, o revivir amistad. Hay muchísima gente a nuestro alrededor que ocupa ese regalo, y a quienes les aporta montones. Den una vuelta por el departamento financiero, por soporte técnico, o por las jefaturas generales, y de seguro encontrarán a más de uno de esos casos.
Pero la amistad no se revive con un dulce, con una tarjeta, o con un correo electrónico. El asunto va un poco más allá. Porque como decía: con un dulce o una tarjeta, meten un objeto más en la vida de alguien. Un objeto nada singular: es el mismo dulce que esa persona puede ir a la tienda de la esquina y comprar en cualquier momento, y probablemente sea el mismo dulce que ya le regalaron 3 veces hoy.
Este 14 de febrero, pruebe hacer algo diferente. Deténgase. Y pregúntele a la persona cómo está. Pregúntele como va su día. Y pregúntele por sus hijos, su esposa, su perro. Incluso si no tiene ni la más mínima idea: pregúntele si tiene hijos, esposa, perro, ya sabe.
Y dedique un par de minutos de su vida, para escuchar y entender la respuesta.
Luego si quiere, agregue el dulce o la tarjeta y siga su camino.
Hacer algo así de simple le va a aportar mucho más a usted y a la otra persona, que simplemente regalar un objeto carente de sentido. Porque en nuestro mucho actual, un minuto de la atención genuina de alguien vale más que cualquier cosa. La atención y el interés de alguien es una cosa que no se puede comprar: solo lo obtenemos si la otra persona está dispuesta a sacrificar al resto de su mundo, para dedicarse a nosotros. Y considerando que en su teléfono celular, alguien tiene acceso al planeta entero en un instante, ese sacrificio es bien grande.
Y si usted es uno de los «enamorados» de este día… haga lo mismo. Regale si quiere, pero no olvide incluir su tiempo y su atención. El 14 de febrero está lleno de regalos vacíos, que se compran por comprarse, no deje que el suyo sea uno de esos.
No tiene tiempo para cubrir toda la oficina y dedicarle unos minutos a cada persona? No hay problema. Todavía le quedan muchos días el resto del año para hacerlo. Nadie dijo que solo el 14 de febrero usted pueda dedicar su tiempo a la demás gente.
La atención y el interés de las personas es uno de los regalos que más faltan en este mundo. Y es uno que fácilmente podemos dar este 14 de febrero, y aportará mucho más que cualquier cosa que puedan comprar en una tienda.